La Luz de las Ánimas abarrota Trasmoz en la Noche de los Muertos

Calabazas en una plaza de Trasmoz
photo_camera Los apenas 60 habitantes del pueblo se vuelcan todos los años para hacer de esta noche un evento especial.

Trasmoz, un pequeño pueblo del Moncayo, recuperó en 2006 su tradicional procesión de la Luz de las Ánimas. Este evento, sumado a la tradición de las brujas y a su condición de único pueblo excomulgado de España, lo convierte en un espacio ideal para celebrar el fin de semana más terrorífico del año. O así lo han pensado, al menos, las más de 6.000 personas que han visitado este fin de semana el pueblo para celebrar la Noche de las Ánimas.

Los apenas 60 habitantes del pueblo se vuelcan todos los años para hacer de esta noche un evento especial. Este año se adelantó la Noche de Ánimas al sábado 29, pero los preparativos comenzaron con anterioridad. Ya la semana anterior se recolectaron calabazas, para así en la mañana de la procesión poder vaciarlas, tallarlas y decorarlas con velas.

Todo el mundo coge su calabaza, la vacía y “saca su vena artística y la decora como quiere”, explica Cristina García de la Asociación “El Embrujo de Trasmoz”.  Luego, se esparcen por las calles del pueblo, especialmente en la plaza y en el camino entre la Iglesia de la Virgen de la Huerta y el cementerio.

El gran evento es la procesión de las Ánimas, una tradición medieval en la que se recuerda a los fallecidos durante el año. Se trata de un evento religioso y recuerda que antes de Halloween “era la Noche de Ánimas”, señala el alcalde de Trasmoz, Jesús Andía. Los niños presiden la procesión vestidos de blanco y portando una vela por cada familiar perdido durante el año. La comitiva suena a los rezos que ya se hacían tradicionalmente, y el resto del pueblo calla en señal de respeto a los que ya no están entre ellos.

El resto de las actividades surgieron alrededor de esta, pero pierden el formalismo religioso. Hay cosas que hacer todo el día, desde cuentacuentos para los más pequeños a un concurso de disfraces para los más glamurosos. Hay música, cine de terror y pintacaras, una gran variedad de actividades para hacer de la Noche de Ánimas una fiesta en la que el pueblo multiplica por cien la gente que recorre sus calles. Para aquellos que crean no tener miedo, los jóvenes cierran varias calles y crean un pasaje del terror donde comprobar la valentía propia.

La asociación y el bar del pueblo colaboran para dar de comer a toda la gente que acude, con un gran caldero de judías por la mañana y bocadillos a lo largo de la tarde. El pueblo se une a la noche en una queimada para cerrar la fiesta. El pueblo y la asociación donan dulces y licores en un acto místico que llena de calor y azúcar los corazones de los asistentes.

Cuántos fueron esos asistentes es imposible definir con exactitud, pero desde el pueblo reportan más de 6.000 personas. Contabilizan los coches en los parkings habilitados por el ayuntamiento en campos que dejan los vecinos, y frente al campo y medio que suele ocupar otros años, en esta ocasión han sido dos enteros. Además de los hoteles y casas rurales de la zona, en su mayoría llenas por este puente que une la Noche de Ánimas y las Jornadas de Micología de San Martín, se habilitó espacio para autocaravanas.

Las 1.500 calabazas aguantan hasta el día uno, cuando se procede a recoger tras la fiesta. Los vecinos del pueblo colaboran para ya desde hoy recoger el pueblo de basura y limpiar las calles. Todos celebran que su esfuerzo se vea respondido por la gran afluencia de gente.

TURISMO EN TRASMOZ

En Trasmoz también se celebra cada verano desde el año 2000 la Feria de la Brujería. Así, conmemoran la excomulgación del pueblo y las cazas de brujas que se celebraron durante la edad media. Hay un mercadillo donde puedes descubrir el futuro que esconden tus manos con brujas quiromantes, o disfrutar de los espectáculos de magia y música que llenan las cuestas del pueblo.

La asociación El Embrujo de Trasmoz elige a la bruja del año, que da el pregón de bienvenida, y a una bruja de honor, este año la actriz Luisa Gabasa. Se recrean todos los eventos que llevaron a la maldición del pueblo: la captura de las brujas, el posterior juicio, y el aquelarre final. Allí muere la bruja, el corazón de la fiesta.

Aunque pueda parecer lo contrario, el pueblo de Trasmoz, pese a su fama como pueblo maldito y excomulgado, no debe todo su turismo a la magia y las brujas. Su localización en las faldas del Moncayo lo hace idóneo para el turismo de montaña, por no hablar de la constante presencia del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, que vivió en el pueblo una temporada.

El pueblo se encuentra en una colina presidida por un gran castillo, cuyas leyendas fueron recogidas por el escritor sevillano en “Cartas desde mi celda”. Allí también podemos leer las vidas de las últimas brujas del pueblo, como la lapidación de la tía Casca.