“Cerrado por vacaciones”. Ese es lema que inunda la capital aragonesa en los días previos a la segunda quincena de agosto. Establecimientos, bares y hasta las terrazas bajan las persianas en unos días que coinciden con las vacaciones de la gran mayoría de los zaragozanos.
A pesar de esa huida masiva a los pueblos, playas o a destinos más internacionales, lo cierto es que el ambiente en la calle se respira vacío, pero no tanto como años atrás por las mismas fechas. En la calle, opiniones para todos los gustos. Desde los que piensan que la ciudad está igual que otros meses de agosto hasta los que ven mucha más gente de lo habitual por estas fechas.
Las personas que trabajan de cara al público como Marta son las que más notan este subida o bajada de personas dentro de la ciudad. “Se nota que este año hay bastante más gente aunque también hay que tener en cuenta que muchos de ellos son turistas”, reconocía, matizando que aún así cree que la ciudad no está tan vacía como en quincenas anteriores.

Las mañanas de ir de compras estos días se vuelven más complicadas. Silvia y Carmen iban en busca de una jornada de compras que van a tener que posponer porque tal y como ellas mismas reconocían “están todas las tiendas cerradas” así que al parecer, el vestido que iban buscando para un evento para finales del verano va a tener que esperar.
Julián pasa sus mañanas de verano de banco en banco siempre en busca de la sombra y de entablar una buena conversación. Como buen observador, sí que está notando que la gente “no se va tanto como antes” pero que aun así, en la ciudad “se respira tranquilidad”. Problemas económicos, subida de los precios o falta de días de vacaciones son algunos de los motivos que muchos ciudadanos ven detrás de que este año muchos hayan optado por pasar estos días festivos sin salir de la ciudad.

Opciones para los que se quedan las hay de las más variadas y para negocios como los míticos Helados Italianos, agosto es su mes fuerte y se mostraban bastante contentos con el flujo de personas que cada tarde hacen fila en su establecimiento en busca de un refrescante helado que alivie los calurosos días de verano. “Gracias a los turistas sobre todo que son los clientes que más tenemos estos días”, decía uno de los trabajadores.

Tomarse un helado es para los que se quedan muchas veces una forma de sentir por un momento como si estuvieran de vacaciones. Las piscinas municipales, las playas, las fuentes alrededor de toda la ciudad, las tardes de cine o incluso alguna escapada de un día, pueden ser la salvación para sobrevivir a la tan temida segunda quincena de agosto en Zaragoza.